El futuro del uso de las mascarillas en las reuniones presenciales

Como parte de la evolución de esta pandemia, ahora llega el momento crucial de tomar la decisión de continuar usando o no el cubrebocas o mascarilla en los eventos. ¿Pero… a quién le corresponde tomar esa decisión?

La liberación en el uso de la mascarilla continúa avanzando cada vez más en los diferentes países y será algo común en los próximos días o meses, incluso algunos medios científicos vaticinan que su uso estará vigente para lo que resta del 2022.  Por ahora, esta libertad aplica solamente en aquellas naciones que ya tomaron la decisión de eliminar la obligatoriedad tanto en espacios abiertos como cerrados.  Sin embargo, en otros más conservadores, este mandato solo exime del requisito en espacios abiertos, pero sigue siendo obligatorio en lugares cerrados. También hay casos muy particulares como lo son las aerolíneas comerciales, en donde algunas de ellas se han acogido a los decretos del país de su bandera y han eliminado la obligatoriedad de este requisito en sus vuelos nacionales e internacionales.

Lo cierto del caso, es que nuevamente nos enfrentamos a una nueva transición como ha sido normal en el transcurso de esta pandemia.  Es claro que usar o no la mascarilla depende en primera instancia de la normativa vigente y luego del deseo individual de las personas, situación que podría resultar de nuevo en un tema divisorio, y en ciertos casos hasta conflictivo.

Para aquellas organizaciones que están regresando a los eventos presenciales, estas deben acatar primeramente las leyes y normas impuestas por los gobiernos y autoridades de salud locales. Como se ha mencionado anteriormente, este será un proceso gradual quedando en manos de autoridades decidir cuando el uso de las mascarillas pasará a ser cosa del pasado.


Alcanzar la eliminación de esta indumentaria tomará su tiempo, si se considera que, la declaratoria de la pandemia a nivel global aún se encuentra en vigor; que en algunos países el nivel de vacunación aun no es el óptimo; además de un incremento de casos producto de las nuevas variantes, y finalmente la incertidumbre originada por decretos y leyes un tanto ambiguos que dejan portillos abiertos para que sean las instituciones o establecimientos los que tomen la decisión del uso o no, colocando a las personas en situaciones incomodas e incluso en el uso de prácticas discriminatorias.

En materia de organización de eventos, se debe tener claro que sin participantes un evento no existe; partiendo de esta premisa es necesario considerar el sentir de las personas, siempre existirán aquellas que no desean utilizar la mascarilla y otras que lo harán basadas en sus necesidades, creencias, o en su realidad personal.

El organizador o anfitrión deberá prepararse para recibir a sus invitados y hacer que el ambiente dentro del evento sea placentero y seguro; claro está, observando ante todo la legislación que le concierne al lugar donde se lleva a cabo la actividad. En este sentido, la comunicación entre la organización y el participante será fundamental, es decir, deberá mantener informados a los invitados antes de la llegada al evento por medio de correos, mensajes de texto, WhatsApp o cualquier otro medio indicando cuales son las reglas por seguir durante su permanencia en el sitio.

Ahora más que nunca, tanto organizadores como participantes deberán ser más empáticos y respetuosos de las decisiones del conglomerado, pues habrá personas que no usarán mascarilla y otras que tomarán la decisión de llevarlas por su propia seguridad o las de sus familiares que los esperan en casa.  En este sentido, como organizador de congresos he escuchado diferentes argumentos en decenas de participantes, indicando que utilizan la mascarilla por que tienen niños en casa que aún no están vacunados; otros porque conviven con familiares que son inmunosuprimidos, o bien, porque algún miembro de la familia que sobrevivió al COVID-19 quedó con secuelas devastadoras y ahora más que nunca se deben proteger para no volverse a contagiar.

Otro tema de análisis por parte del organizador son los hábitos y efectos psicológicos producto de la pandemia. En este sentido, se debe considerar que hay personas que han creado un hábito en el uso de las mascarillas y despojarlos de ello no sucederá de la noche a la mañana.  Desde el punto de vista psicológico, esta pandemia ha dejado consecuencias en algunas personas, tales como, la agorafobia (que involucra miedo a las multitudes), altos niveles de ansiedad, pérdida de concentración, síndrome de la Cara Vacía, fobia social, entre otros, y que deben ser atendidos por los organizadores.


En conclusión, el organizador o anfitrión del evento deberá abordar este tema de forma cuidadosa, ya que no queremos que nuestras actividades se conviertan en un centro de disputa entre los que no usan cubrebocas y aquellos que sin el uso de ésta se sienten desprotegidos o temen a ser contagiados del virus. 

Entonces, ¿de quién es la decisión del uso o no de las mascarillas? En primer lugar, esta dependerá de la reglamentación emitida por los gobiernos y autoridades locales. Si las políticas públicas las permiten, entonces será el participante que podrá elegir entre usarlas o no.  ¿Pero… entonces, qué papel juega el organizador? Quizás es el actor más importante en esta transición, este tendrá una función de arbitraje, es decir, será quien emita los comunicados correspondientes sobre las reglas y normas dentro del evento y hará que se mantenga la armonía y la buena convivencia de los participantes.

La razón por la que comparto este post es para abogar por normalizar esta transición y que las personas que toman decisiones que las hagan sentir cómodas asistiendo a reuniones en persona. Recuerda, algunos elegirán usar máscaras, otros no. Necesitamos hacer que ambos estén bien (siempre y cuando no existan mandatos/requisitos). Un claro ejemplo es, sí como anfitrión invitas a alguien a ir a tu casa y tienes un familiar que está inmunocomprometido o tiene niños pequeños que aún no pueden vacunarse, tú puedes solicitarles tomar las medidas necesarias. En los eventos es difícil conocer la situación de todos los participantes, por lo que debemos facilitarles la elección de asistir. … Sobre todo, personalmente recomiendo una comunicación regular y lo más consistente posible con tus invitados. 


Walter Méndez R. es Director General de ATP® Meetings, una empresa especializada en la Gestión Profesional de Congresos y Reuniones – Event Project Management Co. -, además de ser consultar internacional, conferencista y escritor de artículos relacionados con la industria de las reuniones, gestión de proyectos, mercadeo y comunicación. 


ATP Meetings, Walter Méndez R. 17 de noviembre de 2022
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